30/6/10

Doctora.15


Mientras yo acariciaba su sexo, húmedo y encharcado por la corrida anterior, seguí acariciando su clítoris, la entrada de su coñito hambriento, introduje un dedo brevemente, y continúe mi camino hasta sentir como su cuerpo se estremecía de placer,Estaba dispuesta a hacer realidad cosas que con su marido nunca se atrevió a practicar, yo me dejaba hacer. Se estaba convirtiendo en una mujer totalmente liberada y muy apasionada.
Yo estaba arrodillado a la derecha de ella acariciando con mis dedos en su rajita ya dilatada mientras ella se masturbaba el clítoris con la mano derecha, con la otra masajeaba mi pene que volvía a estar totalmente erecto y deseoso de volver a llenarla.Ella acelero el ritmo de sus movimientos, me coloque de tal manera que con mis dos manos podía llegar a su sexo, ahora era yo el que intentaba introducir dos dedos de mi mano en su sexo, intente sincronizar mis movimientos, no tardo en volverse a correr.Arrodillados en la cama nos besamos.Olga me pidió que me tumbara, se lleno las manos de aceite y comenzó a extenderlo por mi pene. Una vez dejo mi pene bien lubricado se coloco de espaldas a mí, poco a poco note como iba abriendo sus carnes, ella descendía muy lentamente sobre mi duro miembro, la estrechez de su rajita me volvía loco. Subía i bajaba mientras cogia mis manos y se las llevaba a sus pechos pidiéndome que se los pellizcara, le gustaba como mis manos los presionaban, ella me acariciaba los testículos mientras sus gemidos iban subiendo de tono, su sexo apretaba mi pene lo apretaba, lo estrujaba como una ventosa, el roce al entrar y salir se iba acelerando, estaba a punto de volver a correrse, también yo no podía aguantar mas.
.-Correteeee, correeeeeeeeteee.
Un grito ahogado de su garganta culmino el orgasmo.
.- Que bien follas carbonazo.
.-Como me siento lleva, Umm.
Se desplomó hacia delante quedando echada sobre mis pies, su lengua caliente los besaba, intenté que se dejará caer a un lado pero no quiso.
.-No nooo estate quieto así.
.-No te muevas que no se salga.
Sentía las contracciones de su sexo en mi pene, lo estrujaba. Con una de sus manos me acariciaba y apretaba los testículos intentando sacarle las últimas gotas.
Pasó una media hora, estábamos adormilados, se estaba haciendo de día.
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